fiesta de cumpleaños Xóchitl González
Hace unos días, llegó al consultorio la mamá de un paciente, muy abrumada. Su niño iba cumplir 11 años y no quería invitar a su fiesta a todos los del salón. Luis (llamémosle así) solo quería de invitados a cuatro amigos, y esto tenía muy desconcertada a su mamá. “¡No quiero que se traumen!”, me dijo pensando en lo que podrían sentir los otros niños al saber que no habían sido invitados a la fiesta. Me pidió que lo hiciera recapacitar.
Ya en sesión toqué el tema con Luis y me sorprendió, no solo la congruencia de sus argumentos sino la seguridad con la que los exponía: “Si invito a todo el salón mi mamá va a querer que juegue con todos, y casi no voy a poder jugar futbol con mis mejores amigos”.
Aunque era evidente que tenía muy claro cómo quería que fuera su fiesta, invité a Luis a pensar en los niños que no estarían invitados. Contrario a lo que pensaba su mamá, para él eso no tenía importancia. Solo quería disfrutar su fiesta como la había imaginado. ¿No era justo que reclamara ese derecho a decidir cómo quería pasar esa fecha especial?
Al terminar la sesión, llevé a Luis hasta donde estaba su mamá. La aparté un poco y, sin que él escuchara, le dije que me parecía muy valioso que su hijo tuviera claro cómo quería que fuera su festejo y le sugerí aprovechar la oportunidad de validar la decisión de su hijo. Para ella terminó siendo muy liberador ver la situación desde otro punto de vista. fiesta de cumpleaños
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Ser el niño al que le toca apagar las velas no siempre es fácil. Muchos experimentan lo que podríamos llamar ansiedad precumpleañera, un tipo de ansiedad que genera muchos pensamientos y fantasías sobre cómo será el gran día. Esto los hace pasar por muchas emociones, la mayoría de ellas positivas, pero también otras que pueden ser complicadas de expresar y, sobre todo, de manejar.
En su fiesta de cumpleaños, un niño suele estar expuesto a muchos estímulos. Para empezar, es probable que ingiera altas dosis de azúcar, lo que alterará su estado de ánimo. Sumémosle que ese día es el centro de atención y entenderemos por qué no debemos sorprendernos si las cosas se salen de control. Para muchos niños no es fácil manejar este tipo de situaciones. Algunos se inhiben mientras les cantan las mañanitas, por ejemplo, y no saben qué hacer. Otros, en cambio, hacen berrinches a la menor provocación. fiesta de cumpleaños
Además, todo esto ocurre en un contexto en el que debe portarse bien con todo mundo, dejar de jugar para sonreír a la cámara y convivir con invitados que no le caigan bien o ni conozca. ¿Cómo se logra todo esto? Manteniendo un control emocional casi perfecto. El problema es que pocos niños saben qué hacer con las emociones que experimentan durante su fiesta de cumpleaños.
5 cosas a considerar además del pastel
- Déjalo elegir algo más que la piñata. Si quiere elegir a quien invitar, deja que lo haga. Esto lo preparará para tomar decisiones importantes a futuro.
- Habla con él sobre cómo será la fiesta. Explícale cómo es que irán ocurriendo las cosas, planteándole diferentes escenarios, y dile lo que esperas de él.
- Controla su ingesta de azúcar (opta por opciones saludables en el menú). No puedes esperar que tenga autocontrol si solo se alimenta de comida chatarra.
- Observa cómo se relaciona con otros niños y cómo actúa en un rol protagónico. Obtendrás información valiosa que te permitirá potenciar sus habilidades y ayudarlo en sus áreas de oportunidad.
- Si hace un berrinche tenle paciencia. Dale la contención emocional que necesita y ayúdalo a que se le pase. Su fiesta de cumpleaños no es el mejor momento para aleccionarlo, mejor espera al día siguiente para hablar con él. fiesta de cumpleaños
Sobre la autora
Xóchitl González Muñoz es directora de Psicología para Niños, un centro de atención psicológica para niños y adolescentes en la Ciudad de México. Desde 2002 ha diseñado e implementado talleres y conferencias para padres, maestros y profesionales de la salud sobre temas como inteligencia emocional, manejo conductual y pautas de la evaluación diagnóstica, entre otros. Es autora del libro ¿Cómo formar hijos emocionalmente sanos?, y ha colaborado con artículos de opinión en diversas publicaciones.