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contención Valery Flórez, de iParenty

En algunas ocasiones, cuando estoy dictando un taller, en la consulta o en mis clases de la universidad, hablo de la importancia de brindar contención emocional a nuestros niños, alumnos o amigos. Al ver la cara de quienes me escuchan, percibo que no comprenden el término, por lo que procedo a explicarlo de una manera sencilla. Del mismo modo me gustaría compartir con ustedes lo que les digo:




La contención emocional es un procedimiento terapéutico. Su objetivo es tranquilizar y estimular la confianza de una persona que se encuentra afectada por una fuerte crisis emocional.

En la práctica estaría relacionada principalmente a dos mecanismos. El primero es la actitud empática, es decir, la habilidad de colocarse momentáneamente en el lugar de la otra persona. El segundo, la escucha activa, que es la capacidad de poner atención al mensaje emitido por otra persona, utilizando diferentes vías para entender lo que se quiere decir y poder reaccionar ante el mensaje dado.

En la vida cotidiana no es necesario que seamos psicólogos, orientadores ni terapeutas para dar contención emocional a las personas que nos rodean. El hecho de estar en disposición de escuchar con atención lo que el otro nos quiere transmitir, sin prejuicios o ideas preconcebidas, y situarnos con el corazón abierto frente a él o ella, ya es contener emocionalmente.

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En la mayoría de los casos, tu hijo, alumno o amigo simplemente quiere ser escuchado, puesto que al verbalizar lo que siente, sin saberlo, su cerebro debe organizar la mezcla de pensamientos y sentimientos que posee para poder expresarlos de manera coherente, y eso ya es de gran ayuda para esa persona.

¿Acaso no les ha pasado que un amigo los ha llamado porque se sentía mal, y luego de hablar, y sin tú decir ni una palabra, te dice “gracias, ya me siento mejor”? Bueno, en ese momento le has brindado contención emocional, de acuerdo con lo que señala el orientador y terapeuta Jorge Milanés.

A lo anterior podemos agregar lo que la contención emocional NO es: regañar/retar, invalidar la emoción con frases como: “Pero si la vida es bella”, “No te pongas triste”, “No llores”, “No es para tanto”, “Debes acostumbrarte, la vida es dura” “Quién te manda a hacer eso”, “Lo que hiciste estuvo mal”, “No tienes por qué enojarte”, “No debes preocuparte”… no, no, no.

Esto eliminaría por completo el espacio para la empatía, es decir, si el otro llora por eso, se enoja por eso, se preocupa, es porque así lo siente, porque para ese otro es importante y VÁLIDO que se sienta así; de allí surge el término “validación emocional”.

Lo idóneo es transmitirle que SE VALE llorar y se vale enojarse, utilizando frases como: “Entiendo que estés enojado por eso” “Me sentiría igual en tu lugar”… o utilizar la técnica del reflejo: “Veo que estás enojado”, “Noto que estás triste”.

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