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Xóchitl González Muñoz

Piensa en una canción que sea muy famosa y te guste. Es muy probable que se haya escuchado en varios países, sin importar si el autor es de México, de Estados Unidos o de cualquier otra parte del mundo; o si quien la escucha entiende o no el idioma en el que está cantada.

¿Esto por qué ocurre? Porque la música, en sí misma, es un lenguaje que todos podemos entender, sentir y disfrutar. Si sabemos lo que dice la letra, y nos gusta, está muy bien, pero eso no es indispensable para poder disfrutar una pieza musical. De hecho, hay mucha música instrumental que no necesita letra para provocarnos diversas emociones.




Y es que, dicho de manera muy simple, la música es eso: una forma de expresión que, a partir de sonidos y silencios, puede provocarnos diferentes emociones.  

Por lo anterior, suelo recomendar a los papás que dediquen un tiempo, de manera periódica, a escuchar música con sus hijos. Esto no solo es bueno para despertar en ellos la sensibilidad y fomentar el gusto por esta expresión artística –algo muy valioso que se quedará con ellos toda la vida–, sino para pasar un buen rato juntos, cantando, bailando o en calma, según la ocasión y el tipo de música que se elija.

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Si tu hijo está ansioso por cualquier situación que se haya presentado en casa, por ejemplo, podría ser de gran ayuda para él escuchar un poco de música relajante que le dé la tranquilidad que necesita. Este tipo de música también puede funcionar muy bien si necesita concentrarse para llevar a cabo cierta actividad en específico, o si ha llegado la hora de ir a la cama y aún sigue muy activo y sin ganas de dormir.




¿Y qué pasaría si tu peque está triste porque se murió su mascota? Definitivamente, un poco de música alegre podría subirle el ánimo. Tal como ocurre en el mundo adulto, la música también puede llegar a ser un ingrediente fundamental en dinámicas grupales en las que participen niños, ya que suele ponerlos en mejor disposición para interactuar y puede ayudar a que se genere una mejor cohesión de grupo.

Pero estos son solo algunos ejemplos de lo bueno que puede ocurrir cuando la música está presente. Seguramente a ti se te ocurrirán muchos otros después de leer esta nota. Espero que así sea.

 


Sobre la autora
Xóchitl González Muñoz es directora y fundadora de Psicología para Niños desde 2006. Desde 2002 ha diseñado e implementado diplomados, talleres y conferencias para padres, maestros y profesionales de la salud sobre temas como inteligencia emocional, manejo conductual y pautas de la evaluación diagnóstica, entre otros. Es autora de dos libros digitales: ¿Cómo formar hijos emocionalmente sanos? y ¿Por qué mi hijo no me hace caso? Además, ha colaborado con artículos sobre psicología infantil en diversas publicaciones.

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