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Así como los especialistas del lenguaje denominan “dislexia” a la dificultad en el aprendizaje de la lectura y escritura, asociada a trastornos de coordinación motora o de atención, los especialistas en el área de las matemáticas utilizamos el término “discalculia” para referirnos a la dificultad que padecen algunas personas para realizar operaciones aritméticas. 

Aunque sobre la discalculia no se habla tanto como se habla sobre la dislexia, muchos investigadores han encontrado que se trata de una condición cerebral (relacionada con la dislexia, TDAH, ansiedad matemática y lesiones cerebrales de nacimiento) que se presenta casi con la misma frecuencia que la primera. 

La discalculia tiende a ser más evidente conforme el niño crece y empieza a provocar otro tipo de situaciones, como frustración, enojo, ansiedad y baja autoestima. Por eso es importante que papá y mamá abran bien los ojos y ayuden a su hijo detectando cualquiera de los siguientes puntos para poder ayudarlos lo antes posible:

  1. Se esfuerza demasiado para aprender y memorizar datos numéricos básicos, como la secuencia de los números y las tablas de multiplicar 
  2. Pueden identificar qué hacer en la clase de matemáticas pero no sabe cómo hacerlo
  3. Se siente inseguro al aplicar su conocimiento para resolver problemas 
  4. No puede entender que, en “dos manzanas”, el número es el mismo que en “dos plátanos”
  5. Tiene problemas para recordar y contar los números, reconocer símbolos, hacer conexión entre el número 7 y la palabra “siete” (en caso de ser preescolar)
  6. Tiene dificultades para identificar y utilizar los signos de suma, resta, multiplicación y división, así como para leer la hora (en caso de cursar la primaria). 

¿Qué hacer si notas que tu pequeño tiene problemas con las ?
Además de recurrir con un especialista, pon en práctica las siguientes estrategias: 

  1. Muéstrate empático
    Ponte en los zapatos de tu peque, entiende lo que siente y hazle saber que las matemáticas suelen ser complicadas pero que todos podemos aprenderlas. 
  1. Motívalo
    Tu hijo necesita saber que cuenta contigo, que lo apoyas y que crees en él. Esto le ayudará a reducir sus sentimientos de inferioridad y ansiedad. 
  1. Practiquen juegos de matemáticas
    El secreto de las matemáticas está en la repetición diaria. Si los papás juegan con sus hijos, sin forzarlos, los niños aprenderán mejor, pues el juego ayuda en el aprendizaje cuando el contexto es relajado y los niños están más felices. 
  1. Elijan un lugar para hacer la tarea
    Este lugar puede ser cualquiera que el niño elija, solo debe estar bien acondicionado, es decir, debe ser tranquilo, libre de distractores, bien ventilado, etcétera.
  1. Elogia sus avances por mínimos que sean
    Los comentarios que los papás les decimos a nuestros hijos tienen poderes mágicos sobre ellos: cuando reconocemos una mejoría, los niños mejoran aún más. Cuando su hijo tenga un logro, por pequeño que sea, reconózcanlo. 
  1. Tiempo al tiempo
    Si tu hijo ya está en manos de un especialista en estrategias de aprendizaje matemático, deja que haga su trabajo. Como papá/mamá, debes ser paciente y darle tiempo al tiempo para empezar a ver resultados. ¡Confía! 

Con información de: www.understood.org

Sobre la autora
Merab Govea

Psicóloga egresada de la UNAM. Desde hace ocho años trabaja con niños que tienen TDAH, hiperactividad y Síndrome de Asperger. Actualmente forma parte de un proyecto que permitirá detectar qué técnicas de enseñanza mejoran el desempeño escolar de niños y jóvenes. Actualmente, forma parte del equipo editorial de Psicología para Niños, además de dar clases particulares de Matemáticas.

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